jueves, mayo 29, 2008

Gripienta... qué quiere decir?

Ando gripienta y no se me quita. Anoche hablé mucho y eso ayudo a mi yo faceta hermana-amiga-mediotirana, mi garganta no sintió lo mismo pero ¡ni modo! Espero se dé más seguido. Sé que depende taaanto de mi que solo me lo estoy diciendo publicamente a mi misma.
+Recién terminó aquí en esta mismísima salita de juntas que ya se transformó de nuevo en mi espacio de creación, una tristísima escenificación de la decadencia o confusión (no se qué exactamente) entre el rol de mujer independiente, exigente, chambeadora, multifascética, fuerte -y miles de adjetivos más de lo que se supone somos o debemos ser las mujeres versión siglo 21.1-, y lo que es la educación básica y el respeto a la gente que nos presta un servicio y nos ofrece su espacio, es más, el respeto a nuestras propias personas. Qué triste! En que momento creímos que entrarle a todo parejo incluía ser vulgares y prosaicas? No se trata de ser mujer liberada u hombre cabrón (clichés, por supuesto que nos van quedando obsoletos) Se trata de ser mejor persona. Una mujer con personalidad distinta a la mía diría que ante todo, tengas o no razón, hay que tener Clase. Apoyo 100% en esta ocasión.
+Creo que no había comentado por estos rumbos que nació el bebé Ángel, muy especial criatura que viene a un titipuchal de cosas muy buenas, como buen bebé de nuestros tiempos. Enhorabuena a todos quienes lo esperaban y me incluyo en este comité de bienvenida!
+Y si de buenas noticias se trata, anuncio el futuro matrimonio de mi muy querida prima Fernanda, que me hace muy feliz y me emociona mucho compartir la alegría y todo el barullo del proceso... Así hasta una misma se anima caray! B´Abey, cómo ves? Pues ya veremos como transcurre todo, documentaremos y toda la cosa.
+Sigo con mis achaques pero ya me voy a poner a trabajar, ni hablar, así tiene que ser antes de que me ponga a opinar de otra boda y no me vaya yo a andar metiendo en terreno escabroso.

martes, mayo 13, 2008

...Y harrrrta del rosa.


Hacía mucho no escribía en este blog porque me había desencantado de sus alcances y en protesta por ello había decidido regresar a los orígenes, a la esencia de un libro con hojas rayadas y lisas en las que la tinta de un bolígrafo corre muy rico, directo de mi mano. Sigo escribiendo en papel como antigua, pero también he vuelto acá donde todo es posible y donde lo que escribo puede existir en infinito número de tiempos y espacios o no. Pero por primera vez en mucho tiempo abrí el sitio y ¡Qué horror de rosa! Ahora soy Azul.

Harta del desencanto

Es que me siento inmersa en una etapa de desencanto que ya me tiene harrrrta! Es un desencanto compartido o contagiado, epidemia de vivir esta vida de manera acelerada, descuidada, poco valorada, desvalorizada y violenta. Digo, en mi caso es desencanto que al menos da lugar a la esperanza de deshacerme de él. Para mucha gente esto ya no es un mal benigno. La gente cada vez tiene más desespero y apegos absurdísimos, teniendo en cuenta que la vida se trata de otra cosa y que se va volando la oportunidad de vivirla. Entonces viven con resentimientos muy feos por los cuales estarían dispuestos a lastimar seriemente a los demás o a ellos mismos. Estoy muy molesta por haber permitido que todo este desencanto se me trepara; estoy harta de pasar la segunda hora de mis mañanas estresada por los conductores que se avientan para pasar primero sin importarles su propia vida, ya que decir la mía o la de miles y miles que se han de topar... ni a mi mismo padre le importa mucho que digamos. Estoy harta de ver como nos tratamos unos a otros con la punta del pie y que a ésta le ponemos un clavo afilado y oxidado, para que duela más e infecte. No me gusta disfrutar la fantasía de cargar con un marro y dar de golpes al primero que me aviente el carro o uno bien puesto en las diminutas partes de cualquiera que se me quede viendo lascivamente. Y esto solo es una faceta de mi desencanto. Quizá hiciera un tratado si eso me ayudara a entenderlo y echarlo pa fuera.